En enero del 2008 el Ejecutivo nacional lanzó una iniciativa para recambiar bombitas incandescentes por otras de bajo consumo. Según un informe oficial, un año después ya se cambiaron cinco millones de luminarias, llegando a 2,5 millones de hogares de 750 municipios.
En 2009 el recambio seguirá, avalado por la ley que el Congreso aprobó en diciembre. La norma prohíbe la importación y comercialización de lámparas incandescentes para uso residencial a partir de diciembre de 2010. Desde esa fecha, los hogares argentinos sólo podrán iluminarse con lámparas de bajo consumo. Para acelerar los tiempos, el Gobierno prevé repartir durante este año cuatro millones de lámparas de bajo consumo, provenientes de Cuba.Según el diario Clarín, el sector privado acompaña. De cada cuatro lamparitas que se venden, una es de bajo consumo, informó a mediados de 2008 el relevamiento de una consultora. De la misma fuente se sabe que en el primer cuatrimestre de 2008 se importaron 16 millones de esas bombitas, un 88% más respecto del mismo período de 2007.Según datos de un informe oficial que evalúa el impacto del PRONUREE, distintas líneas de acción del proyecto permitieron la instalación de 300.000 lámparas de bajo consumo en el ámbito de la administración pública, así como la firma de convenios con 50 municipios de distintos puntos de la Argentina para el cambio de luminarias del alumbrado público.El cambio de horario fue otra de las medidas del programa. En el mismo estudio se destaca que gracias a esa acción se registró un ahorro de 400 megavatios en el verano de 2007/8 y de unos 500 megavatios en lo que va de este. Los voceros oficiales también destacan que los planes lanzados por el Gobierno para renovar computadoras y electrodomésticos impulsarán un uso más racional y eficiente de la energía.Desde Greenpeace celebraron la sanción de la ley que limita las bombitas incandescentes.
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